Olimpo impugna inconstitucionalidad ley del divorcio. Hera lanza terremoto.

Palo al feminismo antifamilia promotor del divorcio

Sabido es que la antigua y gloriosa Roma, tal como en muchas tribus, el matrimonio tenía un carácter sagrado.

Traducido significaba una protección jurídica “sacrosanta”, lo que hoy llamaríamos “inviolable”.

Los romanos lo tenían claro. Matrimonios estables hacen fuerte al Reino, a la República y al Imperio.

Por otro lado los contubernios claramente debilitaban al Estado siendo fuente de contiendas y dividión social.

Debían ser por tanto públicamente castigados en bien de la moral pública quienes debilitaran la fuerza de Roma con sus caprichosas decisiones.

Hoy los romanos lo tendrían claro.

A quienes afrentan a la inviolable institución matrimonial lo condenarían al ridículo público encerrándolos en un twingo que al salir les golpeara la testa. La mala testa.