La política de vivienda ha de promover la oferta real
/Limitar los precios de alquiler dispara el fraude y tensiona económicamente todo el sistema
Limitar algo tan subjetivo como el precio es una solución de emergencia que solo en casos de guerra debería permitirse.
Una política de altura no debe enfocarse a prohibir precios, algo subjetivo que debe dejarse a la libre voluntad de las partes.
La política ejercida por quien tiene la autoridad ha de considerar una visión a largo plazo, promoviendo la oferta real de bienes.
Quizá sea el momento para regular la existencia de viviendas con un número de metros mínimo que permitan a las familias acomodar a la prole sin dificultades.
Es un secreto a voces que los centros de las grandes urbes como Madrid o Barcelona han sido diseñados para echar de ellos a las familias.
El principal factor de fracaso es el tamaño de las viviendas así como la promoción de un urbanismo sin plazas, donde los niños, niñas, muchachos y muchachas puedan pegar balonazos o sentarse en los bancos con sus amigos y compañeros.
Más que actuar sobre el precio urge que las viviendas tengan un número mínimo de metros por ley