Laudato si’: la política y la moral se dan la mano
/El edificio del Utilitarismo Social “máximo beneficio” cede ante la evidencia de un mundo desunido y con graves desequilibrios
Las consideraciones sobre la dignidad de la persona y las comunidades toman relieve de nuevo como criterio para valorar los éxitos de las políticas puestas en marcha.
Un mundo social económico, industrial, educativo, que no camine en unidad, siendo diverso pero unido, en armonía, es un mundo que ha asumido un paradigma erróneo para fundamentar sus políticas, sus relaciones y sus objetivos.
El sistema capitalista nacido en el siglo XIX fundamentó en el Utilitarismo Social sus supuestos anclajes éticos, como hija de su tiempo, esta teoría social-ética, era puramente positivista y atendía solo a lo material.
La dignidad de la persona, eje fundamental de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, aún no había tenido una vinculación directa en el campo socioeconómico, en unos tiempos en que no parecía haber otra posibilidad para elegir que el utilitarismo social-liberalismo a la americana, o comunismo.
Laudato si’ nos parece un buen intento de superar este conflicto, avanzar hacia un mundo en armonía, un mundo más humano, más fraterno, donde Paz y Bien no sean valores enfrentados.