Duda e inmovilismo en PP para ilegalizar y perseguir penalmente el aborto

Nadie aún ha imaginado un crimen más deleznable que la eliminación de un ser humano a cargo llevada a cabo por su propia madre.

Cierto que sin eliminar completamente la culpa de la madre, cabe describir atenuantes, principalmente el desamparo de la gestante, las dificultades económicas o las amenazas frecuentes en el seno de la propia familia, por parte del abuelo que no desea al nieto.
La voluntad de salir adelante ha de ser arropada no solo por las políticas pro vida, muy escasas aún en nuestra región, sino por leyes que persigan el crimen deleznable. Más aún a los colaboradores que lo realizar con fin lucrativo.

La falta de valentía no se perdona en política.