La mercantilización del trabajo de las madres

El péndulo entre socialismo y liberalismo parece que nos condena a no superar el siglo XIX

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A falta de un diagnóstico con visión por parte de nuestros políticos y de la sociedad civil, más preocupada en sobrevivir que en mirar a largo plazo, pocos se atreven a desafiar los dogmas del sistema liberal, y su reacción socialista.

La mercantilización del trabajo de las madres devino un nuevo dogma liberal asumido por el socialismo, que lejos de liberar a la mujer, traga con el dogma liberal que compra todo, a todo pone precio.

La protección social de la familia es el verdadero empoderamiento femenino, permite elegir más allá de la mera subsistencia material. Lo cual no quiere decir que una mujer no pueda realizarse plenamente de otro modo

La familia, célula fundamental de la sociedad es la comida favorita de las hienas liberales, que fuerzan a la mujer a trabajar para subsistir renunciando a ser madre.

El salario familiar sería una solución plausible, siempre que venga protegido contra fraudes y que suponga el apoyo a un proyecto de vida y de familia verdaderamente estable. Es la hora de premiar a aquellos que luchan por sacar adelante hogares, a menudo con privaciones, y de mirar por los niños que se crían en esos hogares, llenos de amor, pero necesitados de lo más básico a nivel material.