Un país sin política de vivienda ni de familia

40 años después, España continúa sin una política clara y decidida de vivienda y de familia.

Unas administraciones se excusan en otras, y ninguno de los partidos pone sobre la mesa el asunto de la vivienda.

La derecha tradicional, PP y VOX, vendida a las tesis ochenteras del dogma del mercado autoregulado, obvia lo elemental, la vivienda afecta directamente a la natalidad, a la estabilidad de los matrimonios y al derecho a la vida.

La izquierda, más centrada en ideologías LGTBI y feminismo radical, abandonó en los 2000 a los obreros y la cuestión social.

Se hace cada vez más necesario una nueva política que ponga las necesidades reales sobre la mesa, ocupándose de la que es la principal causa del destrozo de la familia, la mercantilización de la vivienda, base fundamental para la creación de hogares estables.